Debido a que últimamente había podido aficionarme de nuevo a la Lucha Libre, que tan amablemente nos da Cuatro, me quise poner a mirar cómo había ido la “historia” en los últimos tiempos. A raíz de la extraña muerte de Chris Benoit descubrí a Eddie Guerrero y el impacto que supuso su fallecimiento. Creedme si os digo que ver a gente como Dave “el Animal” Batista llorando como una magdalena es algo que impresiona.
Estaba terminando de darle las últimas pinceladas a este tema cuando, en un pequeño espacio de tiempo, la Dama de la guadaña invitó a su fría morada a varias personalidades de distintos artes: Paco Umbral y José Luís de Villalonga (letras), Emma Penella y Jane Wyman (cine, teatro), `Big´ Luciano Pavarotti (música) y, muchos deportistas por muerte súbita, siendo el caso de Antonio Puerta el que más repercusión ha tenido. No hablaremos de ellos, ya que el amigo Anja Ander lo ha hecho en un buen artículo.
Por cuestiones que no vienen al caso (de momento) he estado preparando durante todo el verano la prueba del pitido o `course navette”. Se trata de un test de aptitud cardiorrespiratoria en que el sujeto comienza la prueba andando y la finaliza corriendo, desplazándose de un punto a otro situado a 20 metros de distancia y haciendo el cambio de sentido al ritmo indicado por una señal sonora que va acelerándose progresivamente (hay que observar que son pocos los sujetos que logran concluir el test completo). El momento en que el individuo interrumpe la prueba es el que indica su resistencia cardiorrespiratoria. En mi caso, son, concretamente, 10 minutos (86 vueltas) lo que tenía que hacer
La cita para pasar esta prueba fue el día 9 de Septiembre en Zaragoza, a las 9.30h de la mañana. Esta prueba es más de cabeza que de físico, ya que en el momento que empiezas a pensar las vueltas que quedan, poco a poco te vas desgastando mentalmente. Ahí es donde yo siempre fallo, por lo que mi entreno además de físico, este verano, fue de fortaleza mental.
Desayuné prontito, a las 8 a.m., para hacer bien la digestión. Además, bebí un par de vasos de agua, para ir con “reservas”. Caminé hacia el lugar en cuestión con el resto de compañeros, mientras mentalmente me repetía “sabes que sufrirás los dos últimos minutos, pero tú aguantarás. Las vas a pasar”.
Me coloqué la tirita en la nariz (sí apreciado lector, funciona), un chicle de eucalipto para salivar, un poco de vips-vaporux para abrir los pulmones – aparte que casi la mitad íbamos con un constipado matutino de cuidado- y a calentar. En el calentamiento me sentí raro, descoordinado. Algo no iba bien.
Empezamos la prueba. “Las vas a pasar, tú no te rindas”. Minute one… minute two, a little faster… Poco a poco los minutos fueron pasando, las vueltas cayendo y, entonces… ocurrió.
Vuelta 70, quedan poco menos de 2 minutos, al dar el giro, las piernas me fallan. No siento los cuadriceps. Mi cabeza grita “¡¡VAMOS!!”, pero mi cuerpo no quiere. Vuelta 75, la cosa va peor. No me he dado cuenta y llevo casi una vuelta de retraso. Vuelta 76 “minute 9”, sólo quedan 10, un minuto… da igual, ya no sé donde estoy y corro como un pollo sin cabeza pero como si fuera a cámara lenta. Quedan 5 vueltas y me dicen que me pare, llevo demasiado retraso. Estoy exhausto.
Camino un poco para intentar recuperarme, pero estoy muy mareado, como colofón tengo nauseas. Intento sentarme en la grada, casi no lo consigo, no veo. La doctora que supervisa la prueba me dice que me tumbe en el suelo…. casi pierdo la consciencia. Me da pequeños cachetitos en la cara para espabilarme, me pone un pañuelo con agua fría en la cara y cuello, me habla para que esté despierto pero mis respuestas son casi ininteligibles. Me mira la garganta, estoy deshidratado.
Si la sensación de que no poder correr fue mala, la de que tu cuerpo no responde de ninguna manera es peor. Quiere mirarme como estoy de azúcar. Hiperventilo, pero al sentir el pinchazo en el dedo, me tranquilizo; tengo sensibilidad.
Aunque intenta parecer tranquila, sus ojos la engañan, está preocupada. Lleva 10 minutos atendiéndome y sigo grogui. Resultados del azúcar, está por los suelos. He tenido una bajada de azúcar que junto con la deshidratación, han hecho que parezca un muñeco roto. Tras años de deporte y de preparar esta prueba, he tenido mi primera `pájara´
Me tranquilizo un poco cuando escucho las causas de mi malestar, me tranquilizo un poco. Aún tenía las imágenes del jugador del Sevilla en mi mente. No ha sido nada grave. Pero, entonces, soy consciente de un hecho: no he pasado las pruebas. Sólo 5 vueltas. Todo el sacrificio hecho en verano, no salir con mis amigos ni un día, cuidar la alimentación al máximo, perder parte de mi vida personal, para nada. Me siento un completo inútil. Mi recompensa, un gran dolor de cabeza por el esfuerzo.
Poco a poco me voy dando cuenta de que también he perdido más que eso, pero ahora no viene al caso. Tras un día de estar jodido, comienzo a entrenar de nuevo. El día 22 por la mañana vuelvo a tener otra oportunidad. Espero que en enfrentamiento conmigo mismo, esta vez mire a los ojos de la bestia y salga victorioso. Ya os contaré
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